A los clientes, a los compañeros, incluso a los jefes los podemos querer. Obviamente no con el mismo tipo de amor que a los seres que hemos escogido en la vida. Tras mucho tiempo con las mismas personas (tanto en el entorno profesional como en el personal) la rutina hace mella y el «amor» se desvanece.
¿Cómo podemos recuperar o mantener este amor en el entorno laboral?
Mediante un análisis en cinco fases estaremos en condiciones de decidir y entender qué hacer para mantener el amor vivo en cualquier ámbito:
.¿Realmente quieres volver a querer?
.Si no puedes cambiar de trabajo ¿qué actitud estas tomando al respecto?
.¿Tomas la responsabilidad de reavivar la llama del amor o esperas a que surja?
.¿Podemos recrear paso a paso el proceso de enamoramiento para encontrar o volver a encontrar la motivación en nuestro día a día laboral?
.¿Podemos responsabilizarnos de la continuidad del amor en nuestras vidas?
La decisión está en tus manos, ¿sigues sobreviviendo o decides vivir bien?
Cuando les pregunto a las personas por el amor, en seguida piensan en hijos, parejas, familia, mascotas... Raramente me han dicho trabajo, compañeros, clientes, jefes...
Es curioso, porque el amor se define como un sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo mejor. Y yo pienso: pues a los clientes, a los colegas e incluso a los jefes los podemos querer. A los clientes para que nos compren, a los compañeros para que nos aguanten (y viceversa), a los jefes para que nos tengan en cuenta. Piensa que seguramente pasas más tiempo con ellos que con las personas que realmente quieres o has escogido en la vida. Cuando nos desenamoramos de las personas que nos rodean (tanto en el ámbito profesional como en el personal) lo más fácil es tirar la relación por la borda, culpar a los demás y romper o decidir seguir, pero infelices. Sin embargo la pregunta que debemos hacernos es: ¿qué estoy haciendo yo para mantener esa relación?