Durante toda mi vida profesional como ginecóloga he escuchado cientos de testimonios en los que observo el daño que hace la falta de conexión con nuestros propios cuerpos. Y esto es algo que se da independientemente del nivel cultural o de la condición socioeconómica. La desposesión del cuerpo es un proceso invisible asentado en todo tipo de tabúes y que se da en todas las etapas de la sexualidad femenina.