En Barkley Cove, un tranquilo pueblo de pescadores, circulan extraños rumores sobre la “chica de la marisma”. Desde los seis años, Kya deambula completamente sola entre canales y cañaverales, apenas cubierta y descalza. Aunque solo asiste un día a la escuela, la marisma y sus criaturas no tienen secretos para ella: la alimentan, la acunan, la protegen, son sus maestros y compañeras de juego. Kya aprende a descifrar los signos de la naturaleza antes de saber leer un libro. Pero su belleza no tarda en florecer: inusual, salvaje y evasiva, enciende el deseo de los muchachos del pueblo. Kya descubre el amor, su dulzura y sus trampas.
Cuando en las marismas aparece el cuerpo sin vida de Chase Andrews, todas las miradas se centran en ella, la misteriosa niña olvidada: los murmullos se convierten inmediatamente en acusaciones, las sospechas en certezas inquebrantables. El juicio, dentro y fuera del tribunal, arrastra la historia hacia su epílogo impredecible y deslumbrante.
La chica salvaje es la novela conmovedora de una infancia marcada por el abandono y de una naturaleza que se revela como una madre, no como una madrastra. Pero también es la historia de un secreto celosamente guardado que cuestiona los límites entre la verdad y la mentira, el bien y el mal.