La primera vez que Lola vio la nube violeta fue cuando esperaba a
la salida del colegio y su mamá se retrasaba. Cuanto más tardaba,
más crecía la maraña de su preocupación hasta convertirse en una
nube. No era una nube blanca y ligera sino una densa nube violeta
atravesada por rayos y truenos que la paralizaba y le nublaba la vista.
Un libro que trata, con tacto y sensibilidad, el tema de la ansiedad
entre los más pequeños y se centra en la solución de la amistad,
los apoyos y la comprensión.