Hoy es la fiesta de Carnaval en el colegio y Kevin quiere disfrazarse de princesa, con su vestido, sus tacones y su maquillaje. Uno se disfraza para que no lo econozcan, y si no, no sirve de nada. Y si las chicas pueden disfrazarse de caballero, ¿por qué no va a ir él de princesa? Hoy Kevin es una princesa. Y punto. Kevin nos demuestra que a veces los estereotipos están para romperlos.