Sin importar la edad que tengas, la familia de donde provengas o los conocimientos con los que cuentas, tarde o temprano tendrás que pasar por situaciones que no son exactamente lo que esperabas enfrentar. Estas circunstancias llegaron sin avisar, sin pedir permiso, para victimizarte, aislarte o hacerte sentir que jamás podras superarlo. El modo en cómo decidas hacerle frente a lo que te acontece es lo que marcará la diferencia entre si terminas rendido o superas tal embate como un sobreviviente. Uno que al ver lo que fue quebrado, no se lamenta por los pedazos sino que se enfoca en lo que puede hacer con ellos.